martes, 3 de mayo de 2011

Editorial Mayo 2011.

Felicidades a los Chefs Mikel Alonso y Enrique Olvera porque su amor a la cocina y a México los ha hecho merecedores de que Biko y Pujol formen parte de los 50 mejores restaurantes del mundo.

A Lucía Cázares y Agustín Cuatle, que la llegada de Diego complemente su amor y felicidad.



Los sentimientos son difíciles de describir a pesar de poder sentirlos a flor de piel y de que existen una infinidad de maneras para expresarlos.

En el caso del amor, creo que su expresión máxima se refleja en el amor que una madre puede tener hacia su hijo, su semblante refleja alegría, esperanza, fe, emoción y sobre todo agradecimiento con la vida que le ha brindado la oportunidad de crearla.

Y el amor maternal es tan inmenso e infinito que ni siquiera es necesario que la única condición para vivirlo sea llevar en el vientre a un hijo, convertirse en madre no sólo se reduce a dar vida, abarca muchas cosas más.

Cuando somos niños son nuestras heroínas, ya que siempre encuentran la manera para resolver todos los problemas, cuando somos adolescentes son a veces nuestras confidentes y otras sentimos que se convierten en el peor de los dictadores porque ninguna de nuestras decisiones les agradan y cuando nos convertimos en adultos vamos descubriendo y entendiendo el por qué de sus consejos, de sus llamadas de atención, ya que en la mayoría de las veces tuvieron la razón.

No sé si sea un don, un sexto sentido o un chip que se activa en todas las madres, con el cual como si contaran con rayos X te vuelves transparente para ellas porque te conocen de pies a cabeza, al derecho y al revés y a pesar de que pase el tiempo, de las decisiones y caminos que nuestras vidas tomen siempre podremos recurrir a sus brazos y sentirnos amados y protegidos.






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