Editorial 2011.
Cada año los que se hacen llamar maestros toman de rehén a Oaxaca para exigir que se les cumplan sus chantajes, lo único que resalta en su pliego petitorio es el aumento en el presupuesto anual que exigen sin comprometerse con la educación de los miles de niños que se quedan sin clases, piden sin dar nada a cambio, seguimos siendo el último lugar en educación y cada que surge alguna prueba para conocer los niveles de educación en el país, los maestros de Oaxaca brincan para evitar a toda costa evidenciar lo que todo mundo conoce.
Me pregunto, ¿si el hit de hoy es ser maestro? Porque parece ser bastante redituable plantarse en el zócalo o en alguna oficina de gobierno, centro comercial para dormir, platicar, tirar basura, orinar y defecar en las calles e impedir que los ciudadanos puedan transitar libremente, acudir a sus trabajos, etc., ¿de qué privilegios gozan los maestros para atentar contra nuestra libertad?
Tan mal se encuentra la sociedad que no cabe la prudencia en ellos, se sabe que existen métodos de coerción por parte de los líderes del magisterio, pero son alrededor de 73 mil maestros, mayoría aplastante contra unos cuántos líderes ¿No pueden unirse y cambiar desde el fondo esta situación? ¿Dónde quedan los ideales que busca alcanzar la educación? ¡No olvidemos que un pueblo educado es un pueblo libre!
¡Ya BASTA! de chantajes políticos, de echarse la bolita unos a otros, es momento de que las diversas ideologías se unan para acabar de una vez por todas con este conflicto, estemos o no de acuerdo con el gobierno actual, hay que apoyarlo, Señor Gobernador que no le tiemble la mano para poner orden. Oaxaca y sus ciudadanos estamos hartos de conflictos que no nos dejan progresar.
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